Mantenerse hidratado es importante siempre. Pero en esta época del año esta necesidad se hace aún más patente. Pero, ¿por qué es tan importante la hidratación durante el verano y qué beneficios tiene? ¡Os hablamos de ello a continuación!
¿Por qué es importante la hidratación en verano?
Casi dos tercios de nuestro cuerpo están constituidos de agua. Además, es el principal componente de la sangre y de los diferentes tejidos y órganos, y ayuda a casi todas las funciones del cuerpo humano. No obstante, cada día perdemos en tornos a dos litros y medio, y tres litros de agua por medio de las excreciones normales del organismo. Una cantidad que se deberá reponer para que el organismo mantenga su equilibrio.
La importancia de aumentar la hidratación en verano se debe a que en esta época del año, las altas temperaturas hacen que nuestro organismo pierda más agua. Por lo que el riesgo de sufrir deshidratación se incrementa. Algo especialmente patente en personas mayores, niños, y personas que realicen actividad física bajo el sol.
¿Qué función tiene el agua en nuestro cuerpo?
El agua que se encuentra en nuestro organismo tiene la gran misión de regular la temperatura del cuerpo, que siempre debe estar entre los 36 y 37 grados. Pero cuando hace calor, o se realiza actividad física más intensa, este agua se evapora a través de la piel por el sudor.
Por otro lado, el agua también participa de forma activa en la producción de saliva, el transporte a través de la sangre del oxigeno que necesitan los músculos, eliminar el anhídrido carbónico mediante la respiración y regular la presión arterial para el buen funcionamiento del corazón en particular y del sistema circulatorio en su conjunto.
También ayuda a hacer la digestión, absorción, circulación de nutrientes para la alimentación de las células y en el proceso contrario: La eliminación de desechos.
¿Qué ocurre cuando no nos hidratamos bien?
Cuando el organismo no tiene suficiente agua, todas las actividades en las que el agua tiene un papel clave, empiezan a verse alteradas y comienzan a fallar. Por ejemplo, el corazón tendrá que trabajar a más intensidad para cumplir su función con un considerable sobreesfuerzo.
Cuando esto ocurre el cuerpo da señales del comienzo de deshidratación, entonces aparece la sed, dolor de cabeza, mareos, cansancio, falta de concentración… Si esto pasa, y no se le da al cuerpo el agua que solicita, los síntomas pueden agravarse, apareciendo la desorientación, síncopes, confusión mental, infarto, e incluso la muerte.
Por todo esto es importante seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias de beber al día unos dos litros y medio de agua, que se beban pequeños sorbos incluso si no se tiene sed, y que siempre se vaya con una botella de agua encima. Para combatir el exceso de calor y la falta de hidratación también pueden consumirse alimentos variados cargados de líquidos, como son las ensaladas de frutas y verduras, gazpacho, sopas frías y bebidas variadas.
Hidratar la piel en verano
En verano no sólo es importante hidratarse por dentro bebiendo agua, también debemos aumentar los cuidados e hidratación de la piel.
El aumento de temperaturas, la sequedad ambiental, el cloro, la sal del mar y el sol pasan factura a la piel, que se seca más de la cuenta y puede sufrir quemaduras. Esta deshidratación de la piel se traduce en un aspecto de la piel tirante, rugosa, con descamaciones, arrugas prematuras, manchas y otros problemas dermatológicos.
La hidratación corporal en verano la necesitan todas las pieles, tanto las secas como las grasas o mixtas. El hidratante deberá aplicarse en todo el cuerpo, y si se tiene oportunidad puede darse un aporte extra de hidratación con tratamientos de medicina estética que cuidan, hidratan y rejuvenecen la piel. No dudes en contactar con nosotros para solicitar más información. ¡Te esperamos!