La toxina botulínica es una sustancia producida por un tipo específico de bacteria. Y aunque en grandes dosis puede ser perjudicial, en dosis pequeñas como las que se utilizan en el tratamiento de botox la toxina botulínica es muy útil para reducir las arrugas faciales.
¿Qué efectos tiene la Toxina Botulínica?
Al inyectarse bajo la piel, esta toxina bloquea determinadas señales nerviosas. Lo que a su vez produce la contracción de los músculos. De esta manera los músculos se relajan y se reducen las arrugas.
La toxina botulínica paraliza o disminuye la función del músculo sobre el que se aplica, sin causar esto ninguna contraindicación ni afectarnos negativamente. El botox relaja de forma temporal los músculos faciales, suavizando las arrugas hasta que son casi inapreciables y previniendo su formación.
Los productos y aparatos que empleamos en Clínica Estética Albéniz han sido autorizados para su uso en Medicina Estética y tienen etiquetado CE y el nº de registro sanitario correspondiente.
Si tiene interés en saber más sobre la toxina botulínica con fines estéticos, no dude en pedirnos una primera consulta informativa, gratuita y sin compromiso.
¿En qué consiste el tratamiento de botox o inyección de toxina botulínica?
En Clínica Albéniz este tratamiento se realiza en una sola sesión de unos 20 minutos y consiste en la infiltración mediante una aguja muy fina. Tanto que resulta prácticamente indolora tras aplicar hielo de forma previa o una pomada anestésica. Los resultados se aprecian mejor a partir del tercer o sexto día, y son completamente visibles a las dos semanas.
El botox no ofrece resultados definitivos en la eliminación de arrugas. Su duración será de cuatro a seis meses en las primeras sesiones. Si se mantiene la frecuencia adecuada, la duración del tratamiento irá aumentado. Puede repetirse tantas veces como se desee pues no presenta efectos negativos de ningún tipo a largo plazo.
¿Cuándo hacerse un tratamiento de botox?
La toxina botulínica se utiliza principalmente para corregir arrugas dinámicas o de expresión. De forma general, suele aplicarse en la mitad superior del rostro, siendo el entrecejo y las patas de gallo las zonas más demandadas por los pacientes.
No obstante, antes de hacerse este tratamiento es importante que un médico especialista valore el tipo de arrugas y de piel. Ya que sólo así podrá saberse si el tratamiento de botox mejorará la apariencia de las arrugas, o si en cambio este no es el tratamiento adecuado para el tipo de arrugas en cuestión. También se deberá informar al médico de medicina estética sobre su historial clínico. Así como medicamento recetado, vitamina o suplemento que se tome.
Para hacerse un tratamiento con toxina botulínica el paciente debe ser una persona saludable y tener al menos la mayoría de edad cumplida. Entre las personas no compatibles con este tratamiento destacamos:
-Mujeres embarazadas o en lactancia.
-Personas con enfermedades neuromusculares como la esclerosis múltiple o la miastenia gravis.
-Quienes tengan débiles los músculos faciales.
-Personas con problemas de la piel en la zona de la inyección.
-Quienes tengan párpados caídos, cicatrices faciales profundas, facciones asimétricas o piel muy gruesa.
¿Tiene el botox efectos secundarios?
Las inyecciones de toxina botulínica son totalmente seguros si previamente el profesional de la medicina comprueba la compatibilidad de este tratamiento con el paciente. No obstante, en algunas ocasiones, este tratamiento de medicina estética puede producir efectos secundarios.
Los efectos secundarios más frecuentes del botox son el dolor de cabeza; la irritación, lagrimeo o enrojecimiento de los ojos; el enrojecimiento o aparición de moratones en el área de la inyección (esto suele ocurrir si el paciente toma algún tipo de medicación, de ahí que sea importante consultar con el médico).
Estos efectos secundarios desaparecen al cabo de unas horas o días. Para disminuir la posibilidad de efectos secundarios el especialista puede recomendar unas gotas oculares o un ungüento para los ojos tras la inyección de toxina botulónica. También puede ayudar sentarse derecho, evitar la presión en el área tratada y no hacer ejercicio las primeras 24 horas tras el tratamiento.