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Albéniz medicina estética

Dejar de fumar

Albéniz medicina estética

Dejar de fumar

Dejar de fumar es posible

Si has pensado en dejar de fumar, estarás en las mejores manos porque en Albéniz Estética hemos ayudado a miles de personas desde 1998 a conseguirlo.

Nuestro tratamiento consiste en la aplicación de infrarrojos sobre determinadas terminaciones del cuerpo que reinicia de forma natural la producción de endorfinas desligada del hábito tabáquico.

Nuestro tratamiento, que es totalmente natural, aumentará de modo natural las endorfinas de su organismo hasta un nivel elevado para que pierda totalmente la dependencia física a la nicotina. Con el tratamiento de deshabituación de Estética Albéniz ¡No volverá a estar en un estado de dependencia! y ¡NO NECESITARÁ MÁS CIGARRILLOS! El tratamiento rehabilitará su organismo hasta producir el mismo nivel de endorfinas que una persona no fumadora.

Sin dependencias

Di adiós  a tu dependencia física del tabaco.

Sin síntomas

Olvida los síntomas de abstinencia: ansiedad y estrés.

Sin problemas

Acaba con las graves consecuencias del tabaco.

Nuestra Técnica

La Termoestimulación

La termoestimulación Es un método sencillo, natural, sin ninguna contraindicación ni efectos secundarios. Consiste en la estimulación de los exteroreceptores -receptores cutáneos sensibles a los estímulos táctiles, térmicos, doloríficos y pretores mediante una radiación infrarroja  de onda corta. Estos exteroreceptores son terminaciones nerviosas libres.

Los estímulos caloríficos que la termoestimulación da, se transmiten a través de fibras amielínicas tipo C, que tienen una conducción más lenta pero más intensa que las del tipo A o B mielínicas. Las fibras amielínicas tipo C o del grupo IV, según otra clasificación utilizada por fisiólogos, transmiten sensaciones de dolor, prurito, temperatura y tacto burdo, y tienen una conducción de unos 0,5 a 2 m/seg a través del eje sensitivo somático del sistema nervioso.

La radiación infrarroja es una radiación electromagnética de frecuencia inferior a la del rojo y superior a las hertzianas de onda muy corta (milimétricas). Se utilizan como medio de calefacción, y en medicina, sin ningún riesgo de quemaduras, en el tratamiento de artritis, reuma, alergias, etc.

La estimulación de los exteroceptores induce la segregación de endorfinas, de la misma forma que se produce con el consumo del tabaco. Está comprobada la segregación de opiáceos encógenos mediante su estimulación y posterior reversión de los efectos con naloxona.

La nicotina tiene efectos periféricos y centrales. Los efectos periféricos como la inhibición de la contracción gástrica, el aumento de la frecuencia cardiaca, etc. no desarrollan un papel relevante en el efecto de refuerzo de la nicotina. Los efectos centrales son los que podrían tener un papel importante en el efecto de refuerzo. Se sabe que a nivel central, la nicotina estimula la liberación de sustancias hormonales y aumenta los niveles plasmáticos de ACTH.

La termoestimulación mediante la radiación calorífica sobre exteroceptores producirá un estímulo suficiente para la segregación de beta-endorfina y de esta forma, en los días que se aplica el tratamiento con abstinencia nicotínica, se conseguiría restablecer la segregación fisiológica de esta sustancia en el fumador.

El aumento de la motivación se traduce como resultado en un proceso de evolución psíquica en relación a incremento de seguridad, reafirmación y satisfacción personal al finalizar el tratamiento.

La termoestimulación es el método más rápido, eficaz y natural para eliminar el hábito del tabaquismo.

Si quieres recibir el mejor tratamiento para dejar de fumar en Granada no dudes en ponerte en contacto con Albéniz, tu centro de Medicina Estética en Granada y conoce el tratamiento por termoestimulación para quitar la adicción al tabaco.

Algunas cuestiones sobre el tabaquismo

Como fumador/a, tienes una dependencia física a la nicotina. Cada vez que fumas, la nicotina pasa a la sangre y el nivel de endorfinas aumenta considerablemente.

La endorfina es una sustancia natural segregada por el propio organismo y necesaria para vivir. Media hora después de fumar, el nivel de endorfinas decae. Es entonces cuando le faltará este tranquilizante natural y en consecuencia, se sentirá nervioso -mono-. Esta reacción viene dada en realidad por la falta de endorfinas, no de la nicotina y explica el fenómeno de la dependencia.

La Ciencia nos explica que nuestro organismo produce una gran cantidad de compuestos bioquímicos de vital importancia para el equilibrio físico del ser humano. Entre los descubrimientos científicos más apasionantes en este campo encontramos las encefalinas. Sustancias naturales sintetizadas por el organismo, que entre otras propiedades, alivian el dolor como sólo lo pueden hacer las drogas de la familia de la morfina, de efectos más potentes que ésta y sin efectos secundarios.

Procedentes de la familia de las encefalinas, las endorfinas son morfinas endógenas (un grupo de pépticos de cadena corta con propiedades farmacológicas similares a la morfina) que están distribuidas desigualmente en el sistema nervioso en estrecha relación con los receptores opiáceos localizados en el tálamo, hipotálamo, amígdala y médula espinal. Todos ellos conectados con el núcleo Reje Magnas, centro esencial de enlace del sistema analgésico.

Sus efectos son duraderos, estables y potentes y su administración exógena en estos mismos sistema neuronales producen los mismos efectos que en circunstancias totalmente fisiológicas.

Son un verdadero vehículo de placer, euforia y sensación de felicidad, precisamente lo que algunas personas buscan en drogas como el tabaco y el alcohol.

El consumo de drogas, incluido el tabaco, provoca en la persona adicta una drástica alteración de los niveles de endorfinas. Los especialistas en este tema han detectado que se produce un aumento de endorfinas en nuestro organismo asociado a niveles de nicotina en sangre. Así, el fumador tiene alterada su capacidad de producir endorfinas, de modo que estas sustancias que en las personas no fumadoras se producen en de forma natural en situaciones de estrés, dolor o felicidad, en los fumadores va inseparablemente unida a la nicotina.

Cada cigarrillo con sus más de 4.500 sustancias tóxicas supone una agresión al organismo, ante la cual, éste reacciona segregando endorfinas para compensarla con una sensación de calma y relajación. Por ello, cuando intentamos dejar de fumar, lo que nos cuesta no es tanto dejar de fumar, como adaptarnos a una situación de menor flujo de endorfinas.

En la práctica, la totalidad de los fumadores que abandonan el hábito del tabaco completamente, experimentan un síndrome de abstinencia cuya intensidad y duración varía según el nivel de dependencia de cada uno. Asimismo es frecuente que aparezca apetencia por los dulces. Este síndrome de abstinencia no lo provoca la falta de nicotina sino la falta de endorfinas.

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